QUEVEDO versus JUAN RUIZ DE ALARCÓN.

Primer asalto, escribe Quevedo: Corcovilla. Recordemos que Juan Ruiz era jorobado.

¿Quién es poeta juanetes,

siendo, por lo desigual,

piña de cirio pascual,

hormilla para bonetes?

¿Quién enseña a los cohetes

a buscar ruido en la villa?

Corcovilla

¿Quién tiene cara de endecha

y presume de aleluya?

¿Quién, porque parezca suya,

no hace cosa bien hecha?

¿Quién tiene por pierna mecha

y torcida por costilla?

Corcovilla

¿Quién parece garabato,

por lo torcido, con puntas?

¿Quién con las corcovas juntas

forma una cola de gato?

¿Quién es el propio retrato

de Y griega, que es una horquilla?

Corcovilla

¿Quién es don Tal Tolondrones,

de paréntesis formado,

un hombre en quien se han juntado

samblea de burujones?

¿Quién tiene con lamparones

pecho, lado y espaldilla?

Corcovilla

¿Quién fuera plaga de Egito

si alcanzara a Faraón?

¿Quién tentara a San Antón,

licenciado orejoncito?

¿Quién nació contracorito,

con arzones como silla?

Corcovilla

¿Quién tiene espaldas con moño

de jibas y, bien mesado

tiene el pecho levantado

como falso testimonio?

¿Quién para el propio demonio

es Coco, con su carilla?

Corcovilla

¿Quién es muñeca de andrajos,

y tiene el alma de zote,

las pechugas con cogote,

las costillas con zancajos?

¿Quién, siendo cabeza de ajos,

tiene bullicio de ardilla?

Corcovilla

¿Quién tiene talle de abrojo

o de rodaja de espuelas?

¿Quién, a poder de chinelas,

se mide por un gorgojo?

¿Quién pretende para piojo.

Emboscado en coronilla?

Corcovilla

¿Quién para Indias cargó

espaldas, no mercancías,

y de allá trajo almofías

que por jubón se vistió?

¿Quién cangrejo navegó

para volverse ranilla?

Corcovilla

Su padre fue picador,

según dicen los poetas,

pues en él hizo corvetas

y no hizo un arador.

¿Quién es mirarle dolor?

¿Quién es mirarle mancilla?

Corcovilla

¿Quién anda engañando bobas,

siendo rico de la mar?

Y ¿quién en el lugar

nonada entre dos corcovas?

¿Quién trae el alma en alcobas,

y consigo en proprio trilla?

Corcovilla

¿Quién del Derecho aprendió

a párrafo y no a letrado?

¿Quién en coma consultado

de tilde se gradüó?

¿Quién como lego aprendió

la doctrina y la cartilla?

Corcovilla

Es hijo de un sabañón

barbado; no es quimera,

que su línea es de Corbera

y sus líneas curvas son.

¿Quién es gámbaro con don

y cohete con varilla?

Corcovilla

¿Quién es letrado codillo

graduado en una sesma?

¿Quién, por lo corvo y cuaresma,

es el miércoles Corvillo?

¿Quién es, vestido, rastrillo,

y desnudo es una astilla?

Corcovilla

¿Quién tiene corcova infusa

y burujón gratis dato?

¿Quién no tiene miembro chato,

como se acostumbra y usa?

¿Quién da a todos garatusa,

si suelta la tarabilla?

Corcovilla

¿Quién a las chinches enfada?

¿Quién es en este lugar

corcovado de guardar,

con su letra colorada?

¿Quién tiene toda almagrada

como ovejita la villa?

Corcovilla

¿Quién parece con sotana

empanada de ternera?

¿Quién, si dos dedos creciera,

pudiera llegar a rana?

¿Quién puede ser almorrana

de la peor rabadilla?

Corcovilla

¿Quién parece entre juguetes,

por lo esquinado y lo lombo,

hombrecito de biombo

o legado de juanetes?

¿Quién anda con dos pebetes

y güele como pastilla?

Corcovilla

¿Quién es mosca y zalamero?

Y ¿quién, por lo extraordinario,

se viste un escapulario

de bacías de barbero?

¿Quién es cinco y vale cero,

pechugas con pantorrilla?

Corcovilla

¿Quién es una y vale tres,

y incluye forma de chita?

¿Quién, siendo esquilón de ermita,

un costal de güesos es?

¿Quién por el haz y el envés

parece una zancadilla?

Corcovilla

¿Quién es más mal inclinado

de los hombros que de talle?

¿Quién ensucia toda calle

de persona o retulado?

¿Quién es un mono pelado,

burujones en gavilla?

Corcovilla

Respuesta de Juan Ruiz. Patacoja. Recordemos que Quevedo era cojo.

¡Oh Musa! Dime quién es
la infamia de cuanto vive,
quien contra todos escribe
escribiendo con los pies.
Y aquel que ofende, ¿cuál es
a todo viviente , en suma,
con infame lengua y pluma,
a quien nunca el agua moja?
Patacoja

¿Quién en el infierno ha estado
adonde halló lo que ha escrito?
¿Quién con cara de proscrito
de demonio ha profesado?
¿Quién es tan desvergonzado
que el rey del oscuro centro
aún no lo sufrió allá adentro
por librarse de congoja?
Patacoja

¿Quién era pícaro ayer
y agora se ha puesto don
y quien por sólo bufón
la cruz llegó a merecer?
¿Quién estuvo para ser
en Alcalá sagitario
por ladrón y por falsario
agora nobleza arroja?
Patacoja

¿Quién el que de bujarrón
profesó en Sicilia y Roma?
¿Quién de barbaje en Sodoma
pudiera ganar ración?
¿Quién es este gran varón
el señor de Juan Abad
en quien toda suciedad
como en su centro, se moja?

Patacoja

Quevedo

Quevedo no se queda callado:

Tanto de corcova atrás

y adelante, Alarcón, tienes,

que saber es por demás

si es que te corcovienes

o es que te corcovás.

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POESÍA LÍRICA BARROCA

DUELO POÉTICO ENTRE GÓNGORA Y LOPE DE VEGA

Primer asalto, ataca Góngora:

Señor, aquel Dragón de inglés veneno,

criado entre las flores de la Vega

más fértil que el dorado Tajo riega,

vino a mis manos: púselo en mi seno.

 

Para ruido de tan grande trueno

es relámpago chico: no me ciega.

Soberbias velas alza: mal navega.

Potro es gallardo, pero va sin freno.

 

La musa castellana bien la emplea

en tiernos, dulces, músicos papeles,

como en pañales niña que gorjea.

 

¡Oh planeta gentil, del mundo Apeles,

rompe mis ocios, porque el mundo vea

que el Betis sabe usar de tus pinceles!

Turno de Lope de Vega:

-Conjúrote, demonio culterano,

que salgas deste mozo miserable

que apenas sabe hablar, ¡caso notable!,

y ya presume de Anfïón tebano.

 

Por la lira de Apolo soberano

te conjuro, cultero inexorable,

que le des libertad para que hable

en su nativo idioma castellano.

 

-¿Por qué me torques bárbara tan mente?

¿Qué cultiborra y brindalín tabaco

caractiquizan toda intonsa frente?

 

-Habla cristiano, perro. -Soy polaco.

-Tenedle, que se va. -No me ates, tente,

suéltame. -Aquí de Apolo. -Aquí de Baco.

 

Responde Góngora:

Dicen que ha hecho Lopico

contra mi versos adversos;

mas si yo vuelvo mi pico,

con el pico de mis versos

a este Lopico lo-pico.

Lope se defiende:

¡Oh palabra de Dios, cuánta ventaja
Hicieron con sus puras elocuencias
Herreras, Delgadillos y Florencias
a la cultura que tu nombre ultraja!
Ya no eres fuego que del cielo baja,
Mas hielo a nuestras almas y conciencias,
Después que metafóricas violencias
Te venden como nieve envuelta en paja.
¿Quién dijera que Góngora y Elías
Al púlpito subieran como hermanos
Y predicaran bárbaras poesías?
¡Dejad, oh padres, los conceptos vanos!
Que Dios no ha menester filaterías,
Sino celo en la voz, fuego en las manos.

Góngora no se rinde: A los  apasionados por Lope de Vega

Patos de la aguachirle castellana,

que de su rudo origen fácil riega,

y tal vez dulce inunda nuestra Vega,

con razón Vega por lo siempre llana:

pisad graznando la corriente cana

del antiguo idïoma y, turba lega,

las ondas acusad, cuantas os niega

ático estilo, erudición romana.

Los cisnes venerad cultos, no aquellos

que escuchan su canoro fin los ríos;

aquellos sí, que de su docta espuma

vistió Aganipe. ¿Huís? ¿No queréis vellos,

palustres aves? Vuestra vulgar pluma

no borre, no, más charcos. ¡Zabullíos!

Lope no se queda atrás:

Pululando de culto, Claudio amigo,
minotaurista soy desde mañana;
derelinquo la frasi castellana,
vayan las Solitúdines conmigo.

Por precursora, desde hoy más me obligo
al aurora llamar Bautista o Juana,
chamelote la mar, la ronca rana
mosca del agua, y sarna de oro al trigo.

Mal afecto de mí, con tedio y murrio,
cáligas diré ya, que no griguiescos
como en el tiempo del pastor Bandurrio.

Estos versos, ¿son turcos o tudescos?
Tú, Letor Garibay, si eres bamburrio,
apláudelos, que son cultidiablescos.

Sin embargo, no llegaba la sangre al río, ya que Lope supo reconocer el arte de D. Luis de Góngora en estos sonetos:

Claro cisne del Betis que, sonoro
y grave, ennobleciste el instrumento
más dulce, que ilustró músico acento,
bañando en ámbar puro el arco de oro,

a ti lira, a ti el castalio coro
debe su honor, su fama y su ornamento,
único al siglo y a la envidia exento,
vencida, si no muda, en tu decoro.

Los que por tu defensa escriben sumas,
propias ostentaciones solicitan,
dando a tu inmenso mar viles espumas.

Los ícaros defienda, que te imitan,
que como acercan a tu sol las plumas
de tu divina luz se precipitan.

Otro soneto:

Canta, cisne andaluz, que el verde coro

del Tajo escucha tu divino acento,

si, ingrato, el Betis no responde atento

al aplauso que debe a tu decoro.

Más de tu Soledad el eco adoro

que el alma y voz de lírico portento,

pues tú solo pusiste al instrumento,

sobre trastes de plata, cuerdas de oro.

Huya con pies de nieve Galatea,

gigante del Pamaso, que en tu llama,

sacra ninfa inmortal, arder desea.

Que como, si la envidia te desama,

en ondas de cristal la lira orfea,

en círculos de sol irá tu fama.

Y también en: A la muerte de D. Luis de Góngora

Pincha aquí

Despierta, oh Betis, la dormida plata,
y coronado de ciprés, inunda
la docta patria, en Sénecas fecunda,
todo el cristal en lágrimas desata.

Repite soledades, y dilata,
por campos de dolor, vena profunda,
única luz, que no dejó segunda;
al polifemo ingenio Atropos mata.

Góngora ya la parte restituye
mortal al tiempo, ya la culta lira
en cláusula final la voz incluye.

Ya muere y vive; que esta sacra pira
tan inmortal honor le constituye,
que nace fénix donde cisne expira.

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POESÍA LÍRICA BARROCA

DAVID TRUEBA. Próximo curso

Hasta los magos torpes saben que distraer la mirada del testigo hacia el lugar que tú quieres es una de las claves para culminar el truco. Sucede lo mismo en los medios de comunicación. Existe ahí fuera una enorme fatiga ante la estrategia que un famoso chiste definió como la elección entre susto y muerte. Algo de eso tiene enfrentarse al quiosco y a los noticiarios. Anteayer España e Italia caían en el abismo. Ayer los mercados nos daban una tregua. Hoy, vaya usted a saber. Sometidos a este constante susto o muerte, a la gente le entran ganas de decir lo que decía un viejo paciente en un hospital que frecuenté: «Avísenme cuando me haya muerto, que mientras tanto seguiré pensando en mis cosas».

El curso escolar se diseña y organiza durante las vacaciones. Los institutos parecen bien tocados en estas fechas, pero están vacíos y casi sin voz. Los noticiarios se muestran más preocupados por los sucesos en piscinas, los accidentes de niños en parques acuáticos y las recomendaciones de crema solar, más rentables para la industria untuosa que la mejor recomendación de todas: protegerse del sol exponiéndose muy moderadamente a él. No hay sitio entre las informaciones para dar cuenta de lo que sucede en los institutos madrileños, donde los recortes afectan a personal de complemento, a horas lectivas, a organización interna y, finalmente, a la calidad educativa de los niños. Estamos de vacaciones y a nadie le apetece hablar del curso que viene.

El agosto pasado, por ejemplo, fue una oportunidad perfecta para que la consejera educativa de la comunidad, Lucía Figar, en un congreso de la organización religiosa Comunión y Liberación recibiera ovaciones bien generosas cuando explicó que la lucha contra el fracaso escolar en la región pasaba por dar más poder de decisión, dinero público y suelo para construir colegios privados religiosos como los que se habían concedido a la asociación que la agasajaba. El verano da para mucho, para el trabajo de las termitas mientras el ocio te entretiene fuera de casa. Luego llegará el curso y habrá que llenar los agujeros con un discurso bien distinto, porque todo sucedió, una vez más, mientras mirábamos para otro lado.

MONCHO ALPUENTE. Excelente torpeza.

Nadie puede negarle a la presidenta Esperanza Aguirre el interés que derrocha en áreas tan sensibles de su gobernación como la sanidad y la educación que en la Comunidad de Madrid siempre están sujetas a novedosas reformas y experimentos. En el devastado campo de la educación ya existe el copago que en los colegios concertados, semiprivados o privados subvencionados, se traduce en las tasas y complementos que ha de pagar el alumnado por diversos temas extraescolares. Gila en uno de sus clásicos monólogos telefónicos representaba a un padre agobiado por la factura del colegio en la que figuraban conceptos tan novedosos como el desgaste de patio.

Educación pública gratuita para los pobres, o para los ingenuos que siguen creyendo en ella

Todo llegará, las reformas que tocan este año se centran en el Bachillerato excelentísimo y en el recorte de 2.500 profesores de institutos. Más para los menos y menos para los más. De los 2.278 buenos estudiantes que se han presentado a las pruebas de superselectividad, solo 210 han pedido plaza en el Bachillerato de excelencia, la mayoría no quiere integrarse en el selecto gueto y compite por los 25 premios extraordinarios, un cheque de 1.000 euros y un viaje a Roma donde los excelentes peregrinos recibirán probablemente la bendición papal por su aprovechamiento. En la onda inversa de aquel sistema de formación castrense, con perdón, que discriminaba al «pelotón de los torpes» en pro de una instrucción de mejor calidad, el Bachillerato de Excelencia, con mayúsculas selecciona un pelotón de los listos, 100 alumnos que gozarán, se supone, de una mejor educación que la inmensa mayoría.

Si la excelencia no parece interesar demasiado a los presuntos excelentes aún interesa menos a los encargados de impartírsela, solo 20 docentes han solicitado su entrada en el proyecto estrella de Esperanza Aguirre que ha anunciado que la educación será el principal eje de la presente legislatura, anuncio que eriza los vellos de los profesores de la enseñanza pública, con minúsculas, sobre todo de los profesores interinos que serán los más afectados por los recortes. Los profesores interinos han aprobado, una o varias veces, la oposición para dejar de serlo pero no han conseguido plaza porque les falta la antigüedad suficiente, antigüedad que les falta precisamente por ser interinos a los que se contrata temporalmente para cubrir bajas o hacer sustituciones. La pescadilla que se muerde la cola acaba por perder la cabeza, con este recorte que incorpora el aumento de horas lectivas a los contratados, la Comunidad contratará en septiembre menos personal interino. Si me permiten la digresión le tengo cierto cariño a la palabra interino que fue mi apellido cuando hacía sustituciones veraniegas en un diario madrileño desaparecido hace años.

Retrocediendo aún más en el tiempo recuerdo las prolijas explicaciones que para acallar mi incipiente conciencia social me daba un cura del colegio, profesor fijo del eminente claustro. Preguntaba yo por qué existían en aquella escuela alumnos de pago que estudiábamos el Bachillerato y alumnos gratuitos a los que se les despachaba algo llamado cultura general, también preguntaba por qué aquellos compañeros nuestros entraban al colegio por la puerta de servicio y nunca coincidíamos con ellos en los patios de recreo. Hijo mío, vino a decirme el sacerdote docente, tenemos que educar a los hijos de los patronos para que sean buenos patronos y a los hijos de los obreros para que sean buenos obreros, hacer otra cosa sería fomentar la lucha de clases, aunque existen excepciones, cuando vemos que un hijo de obrero es un estudiante excelente, le damos una beca para que haga el Bachillerato.

El sistema educativo que impone la Comunidad de Madrid es algo más sofisticado, educación pública gratuita para los pobres, o para los ingenuos que siguen creyendo en ella con la que está cayendo, educación concertada para los que pueden concertar un precio y educación de excelencia para los mejores, vengan de donde vengan, aunque los que vengan de colegios públicos lo tendrán cada vez más difícil. Con 2.500 profesores menos los profesores de historia tendrán que dar también educación física y los de matemáticas geografía. Las Consejerías de Educación y Sanidad de la Comunidad de Madrid podrían fundirse, para mayor ahorro, en una sola Consejería de Beneficencia. Para desmantelar mejor los sectores educativo y sanitario hay que vaciarlos primero, degradarlos y precarizarlos, luego cuando ya no sirvan para nada o sirvan para poco será más fácil abogar por su desaparición y su trasvase hacia benéficas y caritativas instituciones

JAVIER MARÍAS. Discusiones ortográficas I

No sé si una de las funciones, pero desde luego uno de los efectos y grandes ventajas de la ortografía española era, hasta ahora, que un lector, al ver escrita cualquier palabra que desconociera (si era un estudiante extranjero se daba el caso con frecuencia), sabía al instante cómo le tocaba decirla o pronunciarla, a diferencia de lo que ocurre en nuestra hermana la lengua italiana. Si en ella leemos “dimenticano” (“olvidan”), nada nos indica si se trata de un vocablo llano o esdrújulo, y lo cierto es que no es lo uno ni lo otro, sino sobresdrújulo, y se dice “diménticano”. Lo mismo sucede con “dimenticarebbero” (“olvidarían”), “precipitano”, “auguro” y tantos otros que uno precisa haber oído para enterarse de que llevan el acento donde lo llevan: “dimenticarébbero”, “prechípitano”, “áuguro”. Del francés ni hablemos: es imposible adivinar que lo que uno lee como “oiseaux” (“pájaros”) se ha de escuchar más o menos como “uasó”. El inglés ya es caótico en este aspecto: ¿cómo imaginar que “break” se pronuncia “breic”, pero “bleak” es “blic”, y que “brake” es también “breic”? ¿O que la población que vemos en el mapa como “Cholmondeley” se corresponde en el habla con “Chomly”, por añadir un ejemplo caprichoso y extravagante, y hay centenares?

Este considerable obstáculo era inexistente en español –con muy leves excepciones– hasta la aparición de la última Ortografía de la Real Academia Española, con algunas de sus nuevas normas. Vaya por delante que se trata de una institución a la que no sólo pertenezco desde hace pocos años, sino a la que respeto enormemente y tengo agradecimiento. El trabajo llevado a cabo en esta Ortografía es serio y responsable y admirable en muchos sentidos, como no podía por menos de ser, pero algunas de sus decisiones me parecen discutibles o arbitrarias, o un retroceso respecto a la claridad de nuestra lengua. Tal vez esté mal que un miembro de la RAE objete públicamente a una obra que lleva su sello, pero como considero el corporativismo un gran mal demasiado extendido, creo que no debo abstenerme. Mil perdones.

Lo cierto es que, con las nuevas normas, hay palabras escritas que dejan dudas sobre su correspondiente dicción o –aún peor– intentan obligar al hablante a decirlas de determinada manera, para adecuarse a la ortografía, cuando ha de ser ésta, si acaso, la que deba adecuarse al habla. Si la RAE juzga una falta, a partir de ahora, escribir “guión”, está forzándome a decir esa palabra como digo la segunda sílaba de “acción” o de “noción”, y no conozco a nadie, ni español ni americano (hablo, claro está, de mi muy limitada experiencia personal), que diga “guion”. Tampoco que pronuncie “truhán” como “Juan”, que es lo que pretende la RAE al prohibir la tilde y aceptar sólo “truhan”. De ser en verdad consecuente, esta institución tendría que quitarle también a ese vocablo la h intercalada (¿qué pinta ahí si, según ella, se dice “truan” y es un monosílabo?), lo mismo que a “ahumado”, “ahuyentar” y tantos otros. O, ya puestos, y siguiendo al italiano y a García Márquez en desafortunada ocasión, ¿por qué no suprimir todas las haches de nuestra lengua? Los italianos escriben “ipotesi”, “orrore”, “eresia” y “abitare”, el equivalente a “ipótesis”, “orror”, “erejía” y “abitar”. Y dado que la Academia parece inclinada a facilitarles las cosas a los perezosos e ignorantes suprimiendo tildes, no veo por qué no habría de eliminar también las haches. (Dios lo prohíba, con su hache y su tilde.)

En cuanto a “guié” o “crié”, si se me vetan las tildes y se me impone “guie” y “crie”, se me está indicando que esas palabras las debo decir como digo “pie”, y no es mi caso, y me temo que tampoco el de ustedes. Hagan la prueba, por favor. Tampoco digo “guió” y “crió” como digo “vio” o “dio”, a lo que se me induce si la única manera correcta de escribirlas es ahora “guio” y “crio” (en la Ortografía de 1999 poner o no esas tildes era optativo, y no alcanzo a ver la necesidad de privar de esa libertad). En cuanto a “riáis” o “fiáis”, si yo leo “riais” y “fiais”, como ordena la RAE, me arriesgo a creer que he de pronunciar esas formas verbales igual que la segunda sílaba de “ibais”, lo cual, francamente, no es así. Y si leo “hui” en vez de “huí”, nada me advierte que no deba decir esa palabra exactamente igual que la interjección “huy” (tan frecuente en el fútbol) o que “sí” en francés, es decir, “oui”, es decir, “ui”. Si un número muy elevado de hablantes percibe todos estos vocablos como bisilábicos con hiato, y no como monosilábicos con diptongo, ¿a santo de qué impedirles la opcionalidad en la escritura? La RAE parece tenerle pánico a la posibilidad de elegir en cuestión de tildes (que es algo menor y que no afecta a la sacrosanta “unidad de la lengua”). Pero es que además es incongruente en eso, porque sí permite dicha opcionalidad en “periodo” y “período”, “policiaco” y “policíaco”, “austriaco” y “austríaco” (yo siempre las escribo sin tilde), lo mismo que en “alvéolo” y “alveolo”, “evacúa” y “evacua” y otras más. ¿Por qué no permitir que cada hablante opte por “truhán” o “truhan”, como aún puede hacerlo (por suerte) entre “solo” y “sólo”, “este” y “éste”, “aquel” y “aquél”? La posibilidad de seguirles poniendo tildes a estas palabras no es para mí irrelevante. ¿Cómo saber, si no, lo que se está diciendo en la frase “Estaré solo mañana”? Si se la escribe en un mail un hombre a su amante, la diferencia no es baladí: sin tilde significa que estará sin su mujer; con tilde que mañana será el único día en que estará en la ciudad. No es poca cosa, la verdad. Por menos ha habido homicidios.

GRAMÁTICA ¿MACHISTA?

Un poco de gramática bien explicada…. Hagámoslo circular, vale la pena.

¿PRESIDENTE o PRESIDENTA?
En español existen los participios activos como derivados de los tiempos verbales.

El participio activo del verbo atacar, es atacante; el de salir, es saliente;

el de cantar, es cantante; el de existir, existente.

¿Cuál es el participio activo del verbo ser? El participio activo del verbo ser, es ‘el ente’.

¿Qué es el ente?  Quiere decir que tiene… entidad.
Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad
de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final ‘-nte’.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no
presidenta, independientemente del sexo que esa persona tenga.
Se dice capilla ardiente, no ardienta;

    se dice estudiante, no estudianta;
se dice paciente, no pacienta;
se dice dirigente y no dirigenta.
Nuestros políticos (y muchos periodistas) no sólo hacen un mal uso del lenguaje por
motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua española.

Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos con la esperanza de que el mismo
llegue finalmente a todos esos ignorantes.


El que mandó esto frustró a un grupo de hombres que se había juntado en defensa

del género, ya habían firmado …
el dentisto,
el poeto,
el sindicalisto,
el pediatro,
el pianisto,
el turisto,
el taxisto,
el artisto,
el periodisto,
el violinisto,
el telefonisto,
el gasisto,
el trompetisto,
el techisto,
el maquinisto,
el electricisto,
el oculisto…
y el policío del esquino…
y, sobre todos… ¡el machisto!

DENTRO DEL AULA.

Os traslado un correo que circula por internet y que, en algunos casos, viene a dar cuenta de la realidad de las aulas en este país.

Esta trascripción, aunque parezca exagerada, es verídica y exacta. Esto es una clase con 1º ESO (11/12 años) un jueves a 5º hora. Sólo es un ejemplo.
Los nombres de los alumnos son ficticios para que su ignorancia quede en la intimidad de la clase.

Yo: Bueno chicos, hoy vamos a estudiar el vocabulario de las comidas en inglés: copiad estas 5 categorías (las escribo en la pizarra) y escribís en cada columna todas las palabras que os sepáis.
Amanda: ¿En inglés?
Yo: Sí, mejor que en Ruso, en inglés.
Luis. Profe, ¿cuántas categorías?
Yo: 5. Las que hay en la pizarra.
Luis: A mí no me caben.
Yo: Pues prueba a poner la hoja apaisada
Luis: ¿qué significa apaisada?
Yo: Horizontal, o sea: así (lo demuestro)
Juan: ¿Qué título ponemos?
Yo: Prueba con “Food”, que es el que he escrito en la pizarra.
Fran: ¿Puedo hacerlo a lápiz?
Yo: No, no puedes. Ya sabes que en el cuaderno sólo se escribe con bolígrafo.
Jessika:¿Cómo se dice pepino?
Yo: He dicho que escribáis el vocabulario que sepáis vosotros. No el que sepa yo.
Noel: ¿El huevo es una verdura?
Yo: No, no es una verdura
Federico: ¿Qué título ponemos?
Yo: Lo he dicho ya dos veces.
Amanda: ¿Se puede poner “rechicken”?
Yo. No, porque repollo no se dice así en inglés (risas generalizadas)
Nieves : ¿Cómo se dice calamar?
Yo: He dicho que escribáis el vocabulario que sepáis vosotros. No el que sepa yo.
Jesús : ¿Hay que escribirlo en el cuaderno?
Yo: Pues a no ser que quieras escribirlo en la mesa…
Ricardo:  Profe, ¿Pero, qué hay que hacer?
Yo: ¿Pero tú te has lavado las orejas esta mañana?
Nieves : ¿Puedo poner zumo en la categoría de postres?
Yo: Mejor ponlo en la de líquidos.
Fran: ¿Puedo poner pollo en la categoría de postres?
Yo: En este continente, no.

…………………………………..10 minutos después

Yo: bueno, ahora vamos a empezar. Levantáis la mano y vais diciendo palabras; yo las escribo en el encerado. Empezamos con las verduras.
(Levantan la mano 10 alumnos y todos gritan a la vez distintas verduras)
Brócoli!
Carrots!
Salad!
Pepination!
Eggs!
Yo: he dicho que los huevos no son una verdura. Y por favor, levantad la mano y esperad a que yo os nombre para decir la palabra porque no tengo 10 orejas para entenderos a todos al mismo tiempo. ¡Arturo, no le pases notitas a María que se las leo al resto de la clase!
Arturo: ¿con cual empezamos?
Yo: con las verduras. Empieza tú, Marisol.
Marisol. Es que se me ha olvidado el cuaderno en casa.
Yo: ¿Y qué llevas haciendo estos 15 minutos, criatura? A ver, hazlo tú, Pepe.
Pepe: ¿Quién, yo?
Yo: Eres el único Pepe que hay en la clase, así que vas a ser tú.
Pepe: Orange
Yo: La naranja me la pones en frutas, por favor.
Juan: Profe, el otro día oí un chiste verde, ¿puedo contarlo?
Yo: Pues aunque haya verduras de por medio, no, no puedes contarlo.
María: ¿Esto cae en el examen?
Yo: Bueno, puede que tengáis suerte y para entonces esté recuperándome de esta clase en un sanatorio mental, y entonces no habrá examen.
Todos: ¡BIEN!